miércoles, 2 de febrero de 2011

Libro: El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl

Tomado de http://ictnet.es/coaching-y-desarrollo-profesional/blog/10/12/libro-el-hombre-en-busca-de-sentido-de-viktor-frankl
Enviado por María-José Dunjó el 9 Diciembre, 2010 - 09:06


“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino.” Dice Viktor Frankl, célebre psiquiatra, filósofo y escritor.

Frankl estuvo tres años en Auschwitz, Dachao y otros dos campos de concentración, y en su conocido libro ice mucho más que lo que puedo abarcar en este texto, donde sólo comentaré su enfoque de la libertad y responsabilidad personal, dejando otros temas interesantes para otras ocasiones. Dice también el autor: “El talante con el que un hombre acepta su ineludible destino y todo el sufrimiento que le acompaña, le ofrece la singular oportunidad –incluso bajo las circunstancias más adversas- de dotar a su vida de un sentido más profundo. Esa libertad interior, que nadie nos puede arrebatar, es la que confiere a la cada existencia una intención y un sentido, y en esa decisión personal reside la posibilidad de atesorar o rechazar la dignidad moral que cualquier situación difícil ofrece al hombre para su enriquecimiento interior.”

Cuenta también Frankl que una joven mujer, ante la evidencia de su muerte cercana en el barracón del campo de concentración le dijo: “Aquel es el único amigo que me queda en esta soledad”. Y le señaló la rama de un castaño con dos brotes en flor que se veía desde su cama, por la ventana. “A menudo le hablo a ese árbol”, le dijo. Frankl, atónito y sin saber cómo encajar sus palabras, le preguntó con cierta ansiedad: ¿Y le contesta? “¡Sí! Me dice: Estoy aquí, yo soy la vida, la vida eterna”, respondió ella.

“No importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros. Necesitamos un cambio radical en nuestra actitud, dejarnos de interrogar sobre el sentido de la vida y pensar, en cambio, en lo que la existencia nos reclama continua e incesantemente. En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea a cada uno en cada instante particular.

La unicidad y singularidad que diferencia a cada individuo, y confieren un sentido a su existencia, se fundamenta en su trabajo creador y en su capacidad de amar. Cuando se acepta a una persona como un ser irrepetible, insustituible, entonces surge en toda su trascendencia la responsabilidad que el hombre asume ante el sentido de su existencia. Un hombre consciente de su responsabilidad ante otro ser humano o ante una obra inconclusa, jamás podrá tirar su vida por la borda. Conoce el porqué de su existencia y será capaz de soportar casi cualquier cómo.”

Y a esta característica esencial del hombre, Viktor Frankl la llamó autotrascendencia de la existencia y formuló: ser hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea realizar un valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano. “Cuanto más se olvida uno de sí mismo –al entregarse a una causa o a una persona amada, más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades. En otras palabras, la autorrealización no se logra a la manera de un fin, más bien como el fruto legítimo de la propia transcendencia.”

Sin ninguna duda, el hombre es un ser finito y su libertad limitada. No se trata, pues, de librarse de los condicionantes -biológicos, psíquicos y sociológicos-, sino de la libertad para adoptar una postura personal frente a esos condicionantes. El hombre no se limita a existir, sino que decide cuál será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente. Por esa misma razón, todo ser humano posee la libertad para cambiar a cada instante. Y la libertad no es la última palabra. La libertad es la mitad del la verdad, es la cara negativa de cualquier fenómeno humano, cuya cara positiva es la responsabilidad.

En mi blog completo este texto con unos comentarios sobre un cuadro de Oswaldo Guayasamín, "La Maternidad" y, en otro orden de expresiones artísticas, una escena de “American Beauty” -la de la bolsa- que me parece muy bella y que evidencia el poder de los sentimientos en la interpretación de la realidad, y en su transformación. Otra invitación a amar la belleza y la vida, o mejor dicho la belleza de la vida (http://www.mjdunjo.com/?p=1393).

María-José Dunjó, Especialista en Transición & Talento (Kaaizen)

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