sábado, 26 de mayo de 2018

Yamas y Niyamas

De acuerdo a Patanjali, los Yamas comprenden los cinco aspectos de tu conducta que tienes que evitar, lo que no hay que hacer, para mantener un código ético de conducta en tus relaciones con los demás seres sintientes y con tu entorno. Los 5 Yamas -> Comportamientos que hay que evitar Ahimsa -> No violencia, no hacer daño, respeto a la vida Asteya -> No robar, no pretender ser o aparentar Satya -> No mentir, decir la verdad, mantener la pureza y la sabiduría Brahmacharya -> Evitar el desgaste innecesario de la energía Aparigraha -> Desapego, no acaparar, no quedarse atrapado por las pasiones AHIMSA – No hacer daño, no violencia, respeto a la vida Quizás sea este el principio más fundamental del yoga, no hacer daño y respetar a todo ser sintiente. Este principio es fácil de entender en relación a los demás seres, pero es más difícil de entender en relación a la propia práctica de asanas. Practicar asanas con Ahimsa, no hacerse daño a uno mismo durante la práctica, requiere saber lo que nos hace daño. Quizás seas un deportista que hayas llegado al yoga después de haber practicado otros deportes, y que lo empieces a practicar tal como estás acostumbrado a practicar éstos, con dureza y competitividad, y que te esfuerces más allá de tus límites de confort y seguridad, en aras de cualquier idea que tengas preconcebida sobre cómo deberías “verte” durante la práctica, considerando meramente la forma externa de la postura, y no cuidando la sensación interna. No es raro que cualquier practicante de estas características, adormecido ante las señales de peligro, se provoque inadvertidamente una lesión al forzar las posturas. Ahimsa requiere que cambiemos nuestra forma de practicar, en vez de “practicar duro” hay que “practicar con inteligencia”. Una práctica inteligente es la que se enfoca en el alineamiento y en las sensaciones y no fuerza las articulaciones más allá de sus límites o estira los músculos más de lo que estos pueden. Eso es Ahimsa. Practicar Yoga sin alineamiento y adormecido ante las señales de peligro es peligroso y produce lesiones. ¡Sin excepciones! Las ACCIONES de alineamiento que practicamos en nuestra escuela protegen las articulaciones. Te obligan a estar más atento, a estar más consciente de las sensaciones y a establecer un contacto más íntimo contigo mismo, estas acciones, conscientes y estimulantes, resultan terapéuticas, nos ayudan a prevenir posibles lesiones y a mejorar algunas condiciones o molestias ya existentes. Con el paso de los años, y debido a diversos factores, algunos genéticos, otros circunstanciales, como los hábitos posturales que a veces necesitamos adoptar en los trabajos que desarrollamos, los esfuerzos que muchas veces nos vemos obligados a hacer, la falta de ejercicio físico adecuado, etc. nuestro cuerpo va perdiendo fuerza, flexibilidad, algunos músculos se acortan, otros se debilitan por la falta de uso… Volver a recuperar el PATRON OPTIMO DE ALINEAMIENTO, recuperar el ESTADO DE ALINEAMIENTO NATURAL de nuestro cuerpo, supone un esfuerzo que debemos realizar con inteligencia, con una práctica regular y el esfuerzo adecuado cada día… El esfuerzo es necesario para mejorar, todo lo que merece la pena requiere de un esfuerzo para conseguirlo. El esfuerzo de ponerte a ello, de estar presente, consciente de las acciones y de las sensaciones, de manera que a pesar de que quizás estés saliendo de tus límites de confort, no estás forzando, simplemente estás expandiendo tus limitaciones y te estás superando y mejorando día a día. Esfuerzo no quiere decir forzar, forzar es ir más allá de tus límites, arriesgarte a provocarte lesiones, gastar inútilmente tu energía hasta sentirte agotado, dolorido, cansado… forzando no llegaremos muy lejos… Esfuerzo es una acción refinada e inteligente, la práctica de los asanas del yoga requieren que el yogui refine cada día más la calidad de su esfuerzo, hasta que éste se convierta en un fluir energético donde el esfuerzo desaparece, y las acciones que realizas surgen desde la fuerza interior que eres tú mismo, es una fuerza que te sostiene y aumenta cada día, manteniéndote en un nivel óptimo de salud y bienestar. Practicar asanas respetando los principios universales de alineamiento, teniéndolos en cuenta y aplicándolos a la práctica, facilita realizar el esfuerzo inteligente y adecuado, nos ayuda a ir cada día refinando más el esfuerzo, hasta que este se convierte en un deleitarse en la práctica. ASTEYA – No robar, no pretender ser o aparentar Cuando alguna parte de tu cuerpo realiza el trabajo que debería estar haciendo cualquier otra parte de tu cuerpo durante la práctica, es, en cierto modo, una forma de robar. Por ejemplo, un practicante que no tiene demasiada flexibilidad en las caderas y que le cuesta sentarse con las piernas cruzadas y bajar las rodillas, puede que intente forzar la flexibilidad de las rodillas o de los tobillos. Esto forzaría peligrosamente los tobillos y las rodillas con el único fin de pretender o aparentar hacer bien la postura. Cultivar Asteya es aceptar lo que somos, ser uno mismo, sin pretender ser otra cosa, sintiéndonos satisfechos y privilegiados por el mero hecho de practicar, observando como se va desarrollando y creciendo nuestra práctica, ya tenemos dentro de nosotros todo lo que necesitamos, cultívalo para que crezca, con cuidado y cariño. SATYA- Sinceridad, decir la verdad, cultivar y mantener la pureza y la sabiduría Ni las posturas forzadas ni las posturas mal alineadas demuestran la práctica de lo puro o de lo verdadero, y tampoco demuestran la sabiduría interior que debemos cultivar. Representan una falsedad y una deshonestidad, quizá sea solo debido a nuestra ignorancia, por eso cultivar SATYA tiene que ver con CULTIVAR Y MANTENER LA PUREZA Y LA SABIDURIA, a través del estudio y de la práctica regular de las técnicas del yoga. Cuando aprendemos a practicar con seguridad, alineando bien las posturas, y con eficiencia energética, estamos cultivando Satya. ¿Cuál es la “verdad” en relación a la práctica de las técnicas del Hatha Yoga? Al igual que la verdad no es siempre lo que te “gustaría oir” (a veces las verdades duelen, nos irritan, nos rebotan…) la verdad en relación a la práctica de las técnicas físicas del yoga no es siempre “lo que te apetece”. Por ejemplo, si a una persona con escoliosis la colocas bien alineada se sentirá “rara” por lo menos, seguramente “molesta o incomoda”, en cambio se sentirá bien cuando se “acomode” según la dirección de su columna, pero sabemos que no es esto lo que es “sano” o “bueno” para ella, no es esto lo que le conviene, ya que ese desalineamiento de la columna está causando compresión en determinados órganos, y desequilibrios en todo su cuerpo, en cambio ella se sentirá “bien” estando “alineada” según la forma de su columna, aunque ésta no sea correcta. En cierta manera es lo que nos pasa a la mayoría (por no decir a todos) nosotros, debido a los malos hábitos posturales (a las “cosas de la vida”) hemos ido sacando al cuerpo de su “patrón optimo de alineamiento” y el volver a “la verdad”, a lo que es verdadero y sabio para el cuerpo, no es siempre lo que al cuerpo “le gusta” o lo que al cuerpo “le apetece”, es más, yo encuentro que lo que más nos interesa hacer en favor de nuestra salud y bienestar, lo que más necesitamos hacer en favor de la “verdad”, es precisamente aquello que no nos gusta tanto hacer, aquello que incluso nos hace sentir incomodos, porque es aquello de lo que carecemos, y eso precisamente es lo que tenemos que cultivar, para crear más equilibrio, más “Verdad”, más sabiduría, en nuestro cuerpo y consecuentemente en todo nuestro Ser. La práctica de asanas y el sentarte a meditar, te da las herramientas para permitirte respirar profundamente, incluso cuando estás atravesando momentos en que estés sintiendo sensaciones intensas, incomodas, quizá no agradables. Las emociones crean las sensaciones. Si sientes rabia notarás la sensación de la rabia inundando tu cuerpo (puede que sientas que la presión sanguínea aumenta a la vez que vas sintiendo tu cabeza más “acalorada” o sentir que estás apretando más las mandíbulas, que el corazón te late más rápido, o que la respiración se vuelve más superficial… todo esto son “sensaciones”). Así que si aprendes a respirar profundo mientras estás atravesando cualquier sensación intensa que se despierte en ti, por ejemplo, en tus cuádriceps cuando estás manteniendo la “Postura de Alerta” durante 12 respiraciones, estás entrenando a tu sistema nervioso y a tu mente a mantenerse en calma cuando se te presente cualquier reto o situación desafiante, estás entrenándote en mantenerte simplemente “curioso”, sintiendo las sensaciones, para simplemente “indagar” en la experiencia, sea la que sea, y “aceptarla” en lugar de dejar que ésta te supere, en lugar de huir de ella. “Mira” con calma cualquier experiencia, siente y observa “la verdad” de lo que está realmente ocurriendo, respira… siente… calma… estate presente, es así, acepta. El “esfuerzo” es “energía canalizada en acción”, canaliza esa energía a través de tu respiración. Posiblemente, muchas de las dificultades que experimentamos durante nuestra práctica tengan que ver con la manera en que nos vemos a nosotros mismos y con las “ideas” que nos hemos ido haciendo de la práctica. Todos tenemos unas “ideas” acerca de nosotros mismos y unas “ideas” acerca de la práctica…, unas ideas que nos hemos ido formando según nuestras experiencias y según las lecciones que hayamos ido aprendiendo en nuestra vida. Constantemente estamos procesando información y pasándola por nuestros “filtros” (por la “idea” que tenemos de nosotros mismos o por la idea que tengamos formada acerca de algo) para descifrar la experiencia que estamos viviendo y así categorizarla. Nuestra práctica de yoga tiene mucho que ver con ir “descubriendo” y tal vez progresivamente abandonando las “capas” de “ideas” de las que nos hemos ido “cubriendo” a lo largo de nuestra vida, y que en realidad ocultan nuestra verdadera naturaleza (“ideas” tanto de nosotros mismos como de nuestra práctica, que en realidad no son nuestras, simplemente las hemos ido tomando prestadas de alguien, en espera de ir descubriéndolo por nosotros mismos), de manera que podamos ir descubriendo lo que en verdad es “Verdad” para nosotros, lo que en realidad es nuestra propia “idea”. La “idea” que te sirve para ser más “tú mismo”, para no AUTO ENGAÑARTE. Y empezar a aceptar, empezar a aceptarte, a hacer las paces contigo mismo y con la Vida. BRAMACHARYA – Evitar el gasto energético innecesario Practicar Brahmacharya significa no dejarse llevar por las pasiones de la personalidad, por lo que nos gusta o apetece o por lo que no nos gusta o apetece; adoptar una visión desapasionada del mundo, comprender el verdadero propósito de las pasiones y de las acciones triviales de la personalidad, dedicar nuestras energías a un fin superior. Cuando lo aplicamos a la práctica de los asanas, Brahmacharya es la intención de administrar la energía para que no sea malgastada, la intención de terminar la clase con más energía de la que tenemos al comenzar. El practicante aprende a no sobre-esforzarse y a trabajar con eficacia dependiendo del nivel de energía que tenga en ese momento. El termino kinesiológico eficacia muscular o conseguir el máximo efecto con la menor cantidad de energía es una forma de Brahmacharya. El alineamiento y la integridad son las herramientas que nos aseguran que estamos cultivando Brahmacharya en todos los aspectos de la práctica. Lo importante es “la práctica regular” el ponerse todos los días a practicar, el poner la práctica de las diferentes técnicas del yoga como una “prioridad” en nuestro día a día. Esa práctica es lo que te lleva a la meta, y a su vez la meta es la práctica. En el primer capítulo del Hatha Yoga Pradipika, Svatmarama nos dice: “I_16. El éxito en el yoga depende del esfuerzo, la valiente determinación, la audacia, el conocimiento discriminativo, la perseverancia, la fe (en las enseñanzas del guru) y el alejamiento de toda compañía (superflua). A través de la práctica de los diferentes asanas aprendemos a ser conscientes de diferentes sensaciones y a ESTAR en cada una de ellas, observando, reflexionando, discriminando… los asanas pueden ser “aburridos” o “intensos”, como la vida misma, lo importante es aprender a observar lo que realmente está ocurriendo en cada situación, aprender cómo tú te relacionas contigo mismo en cada instante, ¿quieres huir? ¿quieres abandonar? o ¿quieres ir más lejos? ¿qué te está diciendo ese deseo que ves que aflora en ti en esa situación?… observar y aprender cómo te relacionas contigo mismo y con los demás a través de las diferentes situaciones que los asanas te van presentando… observando, reflexionando y aprendiendo a crear INTEGRIDAD, a SER MAS TU MISMO, a REAJUSTAR lo que haya que reajustar y aprendiendo a ENCONTRAR en ti mismo la PAZ, el BIENESTAR y la ARMONIA. Durante la práctica, estás voluntariamente haciendo un esfuerzo para mejorar, ese esfuerzo fortalece tu Voluntad, te hace fuerte, te dará lo que necesitas para atravesar situaciones difíciles con éxito, para no abandonar y tirar la toalla a la primera, te hará sentir más valioso, conectarás más con tus virtudes: cultivar la paciencia, ser más tolerante, aceptar mejor las diferentes situaciones y a las diferentes personas… Los asanas no son en sí una meta, sino una excusa para ESTAR PRESENTE Y CONECTAR CONTIGO MISMO. Lo importante es deleitarse en la práctica cada día, la meta es la misma práctica, haz que sea deliciosa, regular, diaria, constante, continua, dando lo mejor de ti cada día, para ir mejorando cada día, sintiéndote cada más en contacto contigo mismo, siendo tú mismo, cada día… APARIGRAHA – Desapego, no acaparar, no quedar atrapado por las pasiones Lo más probable es que en cuanto nos colocamos sobre la esterilla nos empecemos a comparar con nuestros compañeros de clase. En algunos practicantes, la comparación estimula su naturaleza competitiva y hace que fuercen las posturas, sobrepasando los límites de seguridad. En otros puede que se produzca la reacción contraria, y la comparación les produzca sentimientos de inferioridad, de desánimo o de ineptitud. Aunque el ego puede resultar muy motivador, también nos puede llevar a actuaciones que limitan nuestro potencial o que aumentan las posibilidades de lesionarnos. Tener entusiasmo es bueno, pero sobretodo haz que tu práctica sea “inteligente”. Los Niyamas son el segundo paso del Ashtanga Yoga de Patanjali, son los cinco aspectos de la conducta que hay que cultivar, lo que hay que hacer para que nuestra relación con nosotros mismos sea la apropiada y de acuerdo al Dharma. Los 5 Niyamas -> Comportamientos que hay que cultivar Saucha -> Pureza en nuestro comportamiento, limpieza del cuerpo Santosha -> Sentirse satisfecho, estar en paz contigo mismo, estar contento Tapas -> Disciplina, resistencia, crear el fuego o calor que te transmuta Svadhayaya -> Autoconocimiento, ser consciente de uno mismo. Estudio de los textos espirituales Ishvarapranidhana -> Amor, respeto y entrega a la sabiduría universal SAUCHA – Pureza en nuestros pensamientos, pureza al hablar, pureza en nuestro comportamiento, limpieza del cuerpo Saucha es un concepto que se refiere a la pureza interna y externa. Pureza en nuestro comportamiento, acciones, palabras, pensamientos, alimentación…, incluye pureza y limpieza del cuerpo. Se considera esencial para la salud, para sentirse bien. En nuestra práctica, cultivar Saucha en lo externo es hacer lo posible por ducharse antes de venir a clase, o por lo menos haberse duchado por la mañana, cuidar todo el material que usamos para la práctica, mantener la esterilla, mantas y demás instrumentos que usemos limpios y ordenados. Las asanas y los pranayamas son las técnicas que nos ayudan a cultivar la pureza interna del cuerpo y de la mente al eliminar impurezas y toxinas del cuerpo y al hacer que nuestra mente esté más serena, tranquila y ecuánime. SANTOSHA – Sentirse satisfecho, estar en paz contigo mismo, estar contento Cultivar Santosha durante la práctica del Hatha Yoga significa encontrar satisfacción en cada práctica. Es la actitud que más tenemos que cultivar durante nuestra práctica, “asana” en el contexto del Hatha Yoga quiere decir una forma de sentirse, una forma de estar, estar bien, sentirse a gusto con uno mismo en cada postura, en cada momento de la práctica, por lo tanto es responsabilidad de cada uno ajustar la práctica a sus características y a su momento, no quieras ir más allá del límite donde ya tu cuerpo te está diciendo que es suficiente, en cuanto veas que estás forzando, suaviza la práctica. Santosha también significa que el alumno siente verdadera gratitud por los beneficios que va obteniendo en la práctica y se siente privilegiado por tener una vida que le da la oportunidad de practicar yoga. TAPAS – Disciplina, resistencia, el fuego o calor que te transmuta Desarrollamos la actitud de Tapas durante la práctica manteniendo el enfoque, la concentración, el entusiasmo y la intensidad. No hay que confundir intensidad o esfuerzo con forzar, cultivar tapas es practicar con entusiasmo, sin escatimar, dando todo lo que puedes dar, encuentra el equilibrio donde cultivas Santosha y Tapas al mismo tiempo Practicar cultivando Tapas es lo que nos transforma, es la energía que se necesita para quemar las impurezas y purificar nuestro cuerpo, haciéndolo más sutil y refinado para poder llevar a cabo los cambios que necesitamos en nuestro camino espiritual. SVADHYAYA – Autoconocimiento, conocer nuestra verdadera naturaleza. Estudio de textos espirituales El conocimiento que adquirimos del estudio de los textos espirituales se puede aplicar a la práctica del Hatha Yoga. Cultivar Yama y Niyama durante nuestra práctica de asanas es practicar Svadhyaya. Otra manera de practicar Svadhyaya es desarrollar la conciencia de las sensaciones e intentar entender el verdadero significado de esas sensaciones que el cuerpo nos transmite durante la práctica, bien sean sensaciones de debilidad o dolor o de fuerza y gozo o placer. ISHVARAPRANIDHANA – Amor, respeto y entrega a la sabiduría universal Practicar asanas con respeto y entregarse tanto a los múltiples cambios como a las oportunidades que la práctica del Hatha Yoga nos ofrece, demuestra que practicamos Ishvarapranidhana, el respeto a la sabiduría universal. Otro ejemplo de Ishvarapranidhana es confiar sin lugar a dudas en el poder de curación interna del cuerpo y en la capacidad de las asanas de liberar ese poder. El yogi acepta de buena gana el concepto de práctica, el cual, por su naturaleza, nunca termina, quizás la práctica sea infinita, lo único seguro es que todo cambia.